martes, 30 de marzo de 2010

Jerarquizar la Profesión Informática

Dicen que la “profesión informática” (entendiéndose por esto el conjunto de profesiones ligadas a la informatica) está desvalorizada y desprestigiada. Dicen que la sociedad no reconoce al “informático” como profesional de la misma manera que lo hace con el médico, el abogado, el ingeniero y el contador. Dicen que al “informático” se le paga poco y se lo trata mal, que se le piden cosas que a ningún otro profesional (de una profesión “reconocida”) siquiera se le sugiere. Y dicen, también, que todo esto se debe a que “está lleno de truchos”, personas no calificadas (y cuando no, faltas de escrúpulos) que entregan soluciones de baja calidad y cobran menos de lo razonable; en definitiva, que bastardean la “profesión informática“.

Dicen que hay que exigir la tenencia de un título. Y luego formar un organismo regulador (en realidad, autorregulador) que decida quienes pueden o no “ser informáticos”. Que de esta manera, los usuarios tendrán mejores sistemas informáticos y, de paso, los profesionales serán mejor reconocidos (incluso en lo económico). Dicen que así se soluciona este asunto.

Declamaciones

Pero… ¿quiénes dicen?

Los propios informáticos (por un momento, vamos a agrupar bajo este término a programadores de distinto tipo, analistas de sistemas y profesionales de otras tareas afines). Bueno, en rigor, no todos los informáticos. De hecho, parece ser un grupo bastante bien diferenciado el que levanta la voz para pedir la regulación por parte del Estado, de las tareas profesionales que desempeñan. Más adelante volveremos sobre este punto, tratando de indentificar las características comunes entre ellos.

Y… ¿qué es lo que dicen?

Dicen que la razón del desprestigio de la profesión (por la cual no son considerados por la sociedad de la misma manera que los médicos, arquitectos, abogados, etc.) es que hay mucho improvisado ejerciéndola. Que hay gente sin los conocimientos técnicos necesarios (y, más de una vez, sin la menor noción de la ética) que anda por ahí haciendo las cosas bastante mal (o sea, que no ofrecen soluciones de acuerdo al “estado del arte” y las “mejores prácticas” de la profesión).

Dicen también que no sólo es injusto para la sociedad, sino también para “ellos”. Ellos (que poseen algún título relacionado con la informática) se “quemaron las pestañas” y se “rompieron la cabeza” leyendo libros, asistiendo a clases, resolviendo ejercicios. En tanto que “los otros” entran por la ventana, provienen de otras disciplinas (cual invasores), poseen estudios incompletos (no hicieron el esfuerzo) o son directamente autodidactas.

¿Y qué proponen?

La solución propuesta es simple: que el Estado regule o limite el ejercicio de la informática (que, como ya dijimos, engloba a cosas bastante diferentes). La forma de implementar esta restricción sería mediante la creación de Consejos Profesionales (uno por cada provincia, en el caso de la Argentina) en los cuales deban matricularse obligatoriamente todos aquellos que deseen desempeñar profesionalmente alguna tarea relacionada con la informática. Por supuesto, la condición principal para poder pertenecer a tal entidad, sería la tenencia de un “título habilitante”.

En definitiva, proponen que la informática sólo pueda ser “ejercida” por los informáticos titulados. (De la misma manera que la medicina es ejercida por médicos, la arquitectura por arquitectos, el derecho por abogados, etc.)

Del dicho al hecho

¿Es necesario regular?

Todos sabemos que en el mundo de la informática se mueven muchas personas de dudosa calidad profesional, por lo cual los argumentos precedentes parecen tener cierto sustento. Cualquiera con experiencia previa, sabe que a la hora de contratar un desarrollo de software puede estar iniciando un camino más que tortuoso y de resultado incierto. La mayoría de los clientes de informáticos no están nada conformes con su proveedor. De manera que parece buena idea hacer algo al respecto, ¿no?

Un buen ejemplo

En la Provincia de Córdoba (Argentina) existe desde hace 23 años una ley que restringe el ejercicio profesional de la informática, mediante la creación del Consejo Provincial de Ciencias Informáticas. Sin embargo, nadie podrá decir que en esta provincia el nivel de los profesionales o la satisfacción de los clientes sea mayor que en otros lugares, en donde no se ha ensayado esta solución.

Claro que un único ejemplo no basta para sacar demasiadas conclusiones (el consejo cordobés bien podría ser un desastre de implementación o haber estado muy mal manejado durante todo este tiempo). Pero que la segunda provincia de la Argentina, contando con un marco regulatorio desde hace más de dos décadas, no haya logrado ni siquiera una mínima mejora cualitativa de la disciplina es, cuando menos, sugestivo.

¿Y en el resto del mundo?

En casi todos los países del mundo (excepto, por ejemplo, algunas comunas españolas) el ejercicio profesional de actividades relacionadas con la informática no tiene ningún tipo de restricción o regulación por parte del estado. Ejemplos notables de esto son países con un altísimo ingreso por exportación de software y servicios informáticos, como Irlanda y la India.

Hay de todo, como en botica

Muchos de los grandes gurús de la informática no han tenido título alguno, en tanto que muchos otros lo han tenido pero de disciplinas en algunos casos bastante lejanas a la computación (lingüística, física, etc.). Como bien sabemos, la informática es una actividad transversal a muchas áreas del conocimiento. Es ridículo, entonces, pensar en limitar la posibilidad de ejercerla exclusivamente a quienes tienen un título específico.

Esta situación se ha presentado desde el preciso instante del nacimiento de la informática y se ha acrecentado aún más con el tiempo, en tanto la programación de computadoras se ha simplificado y masificado (quien diseña una planilla de cálculo, de alguna manera está programando).

Nadie niega la utilidad y el valor de un título (aunque, como siempre, hay algunos que son casi una garantía de conocimiento, otros que nada dicen de las aptitudes de su poseedor y una amplia y variada escala de grises). Muy probablemente entre los “titulados” se encuentre la mayoría de los buenos profesionales, pero los hay muchos y de gran calidad fuera de esta categoría, así como también hay improvisados e ignorantes en ambos lados.

Claramente, establecer el punto de corte en la simple condición de poseer un “título habilitante” nada aporta a la hora de separar la paja del trigo.

Que poseer un título formal en informática no haya logrado hasta la fecha establecer una diferencia marcada y notoria respecto de quienes no lo tienen, no es más que una muestra evidente del estado actual de la disciplina. (Quienes se comparan con médicos, arquitectos y abogados bien podrían analizar este ejemplo.)

¿Y la libertad de elección?

El exigir condiciones (como la tenencia de determinado título) para el ejercicio de la informática tiene una consecuencia no siempre analizada por quienes impulsan este tipo de iniciativa: limita la capacidad de elección de las personas.

Esto significa que alguien que quiera contratar, por ejemplo, a un programador, sólo podrá escoger entre los “habilitados” por la ley (normalmente, los matriculados en el Consejo Profesional). Esta situación es aceptable cuando está en juego la vida humana pero, ¿por qué no puede elegir un empresario a quién contratar para que diriga la informática en su empresa o a quién encargar el desarollo de un programa que necesita? En tanto el informático no se atribuya títulos o afiliaciones que no tiene, no hay motivo (razonable) para impedir tal trato entre particulares.

En Argentina tenemos la costumbre a ver este tipo de limitaciones como naturales, pero debemos tener en cuenta que aún regulaciones como la exigencia del título de Abogado o Contador Público Nacional para la realización de ciertas tareas, no son universales. En algunos estados de los EE.UU, por ejemplo, basta con ser “ciudadano estadounidense” para firmar un balance, y en muchas jurisdicciones se permite a una persona actuar en un proceso judicial sin requerir de un abogado. (Será el ciudadano quien libremente opte por recurrir al profesional titulado si es que realmente encuentra valor en él.)

¿Por qué no son reconocidos?

La gran mayoría de quienes se quejan de no contar con el reconocimiento de otros (abogados, médicos, arquitectos, etc.) parecen no darse cuenta de que tales profesiones están bien establecidas en la sociedad por varios motivos.

Quizás el primero de ellos sea que se trata en general de disciplinas bastante bien definidas y delimitadas. Como contraejemplo, basta ver la definición que intentan de la informática las leyes (o proyectos) de regulación, por ejemplo la ley 7642/87 de la Provincia de Córdoba (la misma contiene solo una enumeración, a modo de ejemplo, de lo que se consideran “profesiones en Ciencias Informáticas“).

Habría que preguntar a quienes reclaman el reconocimiento social si ellos ofrecen el mismo nivel de garantía a sus clientes que los profesionales con los que se comparan. En la informática no sólo no hay métricas bien establecidas (y confiables) para evaluar costos, riesgos ni calidad; sino que ni siquiera se dispone de un método serio para evaluar la productividad de un programador. (Si usted es un lego en la materia seguramente se sorprenderá al saber que la principal métrica utilizada es la “cantidad de líneas de código” producidas, sin poder decir demasiado de la calidad de las mismas.)

Profesionales e improvisados

Si observamos el perfil de quienes demandan regulaciones y la expulsión de los (según ellos dicen) usurpadores, en la mayoría de los casos podemos observar ciertas características comunes:

  • Título mediocre. Salvo pocas excepciones, el profesional posee un título mediocre u otorgado por una institución mediocre (es casi imposible encontrarse con un título de Doctor de una universidad reconocida). Muchas veces puede observarse la asistencia a cursos de dudosa necesidad, denotando la incapacidad de aprender por si mismo.

  • Conocimientos limitados de lenguajes de programación. Conocimiento de, a lo sumo, un par de lenguajes, por lo general obsoletos o en vías de obsolescencia.

  • Ignorancia de conceptos. Pobre entendimiento, si acaso, de cuestiones relacionadas con el software de base (sistemas operativos, compiladores, etc.), fundamentos de las ciencias de la computación (matemática discreta, teoría de autómatas, complejidad y computabilidad, etc.), entre otras.

  • Desconocimiento del idioma inglés, lengua franca de la informática.

  • Aportes nulos o ínfimos a la disciplina, como la producción de textos técnicos, aportes en investigación, participación de desarrollos comunitarios, etc.

La experiencia del autor es que la mayoría de quienes reclaman “sacar a los improvisados” del campo profesional, generalmente reúnen al menos tres de las condiciones anteriores (sin duda, hay excepciones). La pregunta es, ¿qué es un “improvisado”, sino alguien con conocimientos endebles (más allá de un título que los refrende) y desactualizados, que ni siquiera posee los medios técnicos (formación de base y conocimiento del idioma) para mantenerse a sí mismo al corriente de la evolución tecnológica?

Aclarando, que hace falta…

Algunas aclaraciones que a esta hora suelen, por lo general, ser necesarias:

  • Un título en informática es una característica deseable pero no necesaria en un informático.

  • Atribuirse un título o una condición que no se posee, es una actitud censurable (como también lo es, por ejemplo, no pagar impuestos).

  • No tener un título no implica no haber estudiado. Por otra parte, el sí tenerlo no es garantía de conocimientos (ni, mucho menos, de la vigencia de los mismos).

  • Las asociaciones profesionales (como ACM a nivel internacional, o SADIO en la Argentina), de afiliación voluntaria (y que, a su vez, no tienen la obligación de aceptar a cualquier persona, en contraste con los Consejos de matriculación obligatoria) son altamente positivas. Es notable que dichas organizaciones en general son contrarias a la regulación de la profesión.

  • No debe confundirse “matriculación obligatoria” con “certificación”. Muchas empresas (en ejercicio de su derecho) exigen determinadas certificaciones profesionales a sus proveedores. Es notable que en casi todos los casos, la certificación es provista por otra empresa.

Conclusiones

Una profesión no se “jerarquiza” mediante el simple dispositivo de una ley que obligue a la creación de un Consejo Profesional de matriculación obligatoria. La informática es suficientemente amplia y dinámica como para creer que la conditio sine qua non para ejercer una actividad relacionada con ella (con el debido nivel profesional) es poseer un título de tres años otorgado por una institución de nivel terciario.

Quienes intentan negar a otros derecho a ejercer actividades informáticas por creer que esto les quita oportunidades deberían mirarse introspectivamente y reconocer la amplitud de la disciplina, y que la diversidad de habilidades y conocimientos requeridos en cada una de sus áreas, no pueden ser englobados bajo el título de “informático”. Tampoco es exigible el reconocimiento de la comunidad a practicantes de una disciplina que ni siquiera dominan el cuerpo de conocimientos básicos de la misma (que, además, lejos está de establecerse por completo).

Tampoco debemos olvidar que muchos aspectos de la informática se han extendido a diversas disciplinas, de forma similar a lo ocurrido con la matemática. Esta expansión (que es una especie de democratización) es altamente deseable y beneficiosa, y las iniciativas de regulación conspiran en su contra.

La informática es una disciplina joven y endeble. Es el deber de los que nos dedicamos a ella lograr posicionarla como una disciplina confiable y reconocida. ¿La forma de lograrlo? No soy quién para conocerla, pero seguramente se basa en esfuerzo, dedicación y honestidad. La discriminación arbitraria lejos está de aportar a la solución.

Por lo pronto, la “profesión informática” tiene exactamente el reconocimiento que se ha sabido ganar. No se pondrá los “pantalones largos” por ley.

Fuente: http://blog.smaldone.com.ar

MongoDB Paso a Paso para Principiantes

Introducción

MongoDB es una base de datos opensource que está teniendo mucha aceptación por las prestaciones que ofrece en entorno Web 2.0, aunque puede ser utilizada en cualquier tipo de situaciones. MongoDB acerca el sistema de almacenamiento y gestión de datos tipo clave/valor, puliendo la diferencia con respecto a los sistemas de bases de datos relacionales. Este sistema permite una tremenda rapidez y escalabilidad, frente a la funcionalidad de los sistemas de bases de datos tradicionales.

Las principales características de MongoDB son las siguientes:
- Software abierto
- Escalable
- Alto rendimiento
- Alta disponibilidad (puede trabajar en modo maestro-esclavo)
- Orientado a documentos (no es relacional)
- Simplicidad basada en esquemas de tipo JSON
- Consultas dinámicas
- Completo soporte de índices, incluyendo índices secundarios, objetos internos, arrays (cadenas) embebidos, geospacial
- Rápido, actualizaciones in situ.
- Perfilado de consultas
- Almacenamiento eficiente de datos binarios en objetos largos, tales como vídeos o fotografías
- Replicación y soporte a prueba de fallos
- Auto fragmentación para escalabilidad a nivel de nube.
- Agregación compleja mediante MapReduce
- Acceso y gestión mediante drivers en multitud de lenguajes de programación: C, C++, C#, .NET, Java, JavaScript, PHP, Phyton, Ruby, Perl, etc.
- Soporte, formación y consultoría.

En este artículo (que espero sea el primero de muchos), se realiza una pequeña introducción a MongoDB.

Orientación a documentos
La información en MongoDB no se almacena en tablas (con sus correspondiente filas y columnas), si no en colecciones (estructuradas o no) cuyos datos forman parejas de clave y valor. Estos datos se almacenan con un estilo JSON, en formato binario llamado BSON. Un ejemplo de este estilo se puede apreciar en el siguiente documento:

{ nombre: ‘Rafael’,
apellidos: ‘Hernamperez Martin’,
fechaingreso: Date(’03-22-2010’),
seleccion: [‘Aprenda MongoDB’,’Flex 4 en una semana’,’AJAX para Dummies’],
comentarios: [{autor: ‘adan3000’, comentario: ‘Buena eleccion’},
{autor: ‘majopero’, comentario: ‘Te has pasado’, puntuacion:5}
]
}


Una colección sería similar a una tabla, y un documento sería similar a una fila. Habría que distinguir claramente, pues la colección puede tener documentos con estructura similar pero no igual (algunos documentos podrían tener más o menos claves). Asimismo, una única clave podría tener una colección de valores (array o cadena, como en el caso de la clave “seleccion"), o bien podría ser también una sub-colección con sus respectivos documentos (como en el caso de la clave “comentarios”).

La sintaxis en formato JSON es muy fácil de entender, eliminando los problemas de errores que pueden ocurrir en el formato XML (ambos son muy sinérgicos), además de reducir el tamaño de la información a transportar.

Este formato es utilizado no sólo para entenderlos, sino también para gestionarlos y realizar consultas en sus campos internos. Por ejemplo:

db.compras.find({'nombre':'Rafael'})

Nota: si falla, probar con comillas dobles

Esta consulta localizaría todos los documentos dentro de la colección “compras” cuya clave “nombre” tenga el valor “Rafael”.

Otro ejemplo:

db.compras.find({'comentarios.autor':'adan3000'})

Esta consulta localizaría todos los documentos dentro de la colección “compras” cuyo comentario haya sido realizado por el “autor” llamado “adan3000”.


Instalación
Para nuestros propósitos utilizaremos Windows como plataforma de operaciones. También puede instalarse en sistemas operativos OS X, Linux y Solaris (ver instrucciones en http://www.mongodb.org/display/DOCS/Quickstart)

En primer lugar hay que crear la siguiente ruta de directorio: “c:\data\db”. Esta ruta es la ruta por defecto para los archivos de bases de datos.

A continuación descargar el archivo zip (ocupa apenas 13MB) de la siguiente URL:
http://www.mongodb.org/display/DOCS/Downloads
y descomprimirlo en la ruta que deseemos (por ejemplo en C:\ donde creará un subdirectorio llamado “mongodb-winxx-xxxx”).


Arrancar un servidor MongoDB
MongoDB se ejecuta principalmente en su consola. Para ello se accede al modo consola DOS de Windows (pulsar AltGr+R, escribir “cmd” (sin las comillas) y Aceptar).

Acceder al directorio “bin” de donde se descomprimió el fichero zip (ejemplo):

cd c:\mongodb-win32-i386-1.2.4\bin

Ahora, para lanza MongoDB por defecto, ejecutar el ejecutable:

mongod

Con esto, MongoDB accederá a las bases de datos almacenadas en el directorio
c:\data\db y usando el puerto 27017. Si se desea cambiar el directorio de ficheros de bases de datos o el puerto, usar los siguientes parámetros:

mongod --dbpath [rutadirectorio] --port [puerto]

Si acaso saltase el cortafuegos, desbloquear el acceso para poder usarlo.

Para parar la base de datos, pulsar Ctrl+C. Con ello, MongoDB esperará hasta que todas las operaciones se hayan completado, guardando las últimas transacciones y cerrando los ficheros.

Existen otros parámetros que pueden ser usados por el motor de MongoDB:
-h (--help): Muestra información sobre los parámetros permitidos
--logpath rutafichero: Especifica fichero de log
--logappend: añade al log, en lugar de sobreescribirlo
--cpu: log periódico de la CPU y de los tiempos de entrada/salida
--fork: ejecución como demonio
--auth: Activa la seguridad
--noauth: Desactiva la seguridad (por defecto)
--nohttpinterface: Desactiva la interfaz http (localhost:27018)
--master: Designa este servidor como maestro (entorno de alta disponibilidad)
--slave: Designa este servidor como esclavo (entorno de alta disponibilidad)
--autoresync: Resincronización automática del servidor esclavo.
--source servidor:puerto: Para un servidor esclavo especifica dónde está el servidor maestro para la replicación

Una forma sencilla de arrancar el servidor MongoDB sin repetir los parámetros, es añadiendo éstos a un fichero de configuración. El formato del fichero sería el siguiente:

#comentario
parametro1 = valor1
parametro2 = valor 2


Para lanzar el servidor usando este fichero, ejecutar:

mongod –config ficheroconfiguración
mongod –f ficheroconfiguración


Consola de MongoDB
Una vez arrancado el servidor, podemos utilizar la consola de MongoDB para interactuar con las bases de datos. Para ello, acceder al modo consola DOS de Windows (pulsar AltGr+R, escribir “cmd” (sin las comillas) y Aceptar).

Acceder al directorio “bin” de donde se descomprimió el fichero zip (ejemplo):

cd c:\mongodb-win32-i386-1.2.4\bin

Ahora, lanzar la consola de MongoDB:

mongo

(nótese que no tiene la "d" final).

En esta nueva consola, nos permitirá escribir los comandos necesarios para interactuar con el servidor (mongod), de tal forma que podamos gestionar documentos y estructuras o acceder a la información (entre muchas acciones). Cada comando ha de estar acompañado por un “Enter” para su ejecución.

Por defecto se conecta a una base de datos llamada “test” (por defecto).

Para mostrar la base de datos en uso:
db

Para autentificar un usuario (sólo cuando se ejecuta el servidor en modo seguridad):
db.auth(usuario,contraseña)

Para salir de la consola MongoDB, escribir el comando
exit

Para conseguir ayuda sobre los comandos disponibles, escribir el comando
help

Para mostrar las bases de datos disponibles:
show dbs

Para mostrar las colecciones de la base de datos actual:
show collections

Para mostrar los usuarios de la base de datos actual:
show users

Para utilizar una base de datos:
use nombrebasedatos

Para mostrar ayuda sobre los métodos de base de datos:
db.help()

Para mostrar ayuda sobre los métodos para la colección foo:
db.foo.help()

Para mostrar los objetos en una colección foo:
db.foo.find()

Referencias
Fuente: http://mongospanish.blogspot.com
Sitio oficial de MongoDB: http://www.mongodb.org

lunes, 1 de marzo de 2010

Disponible la 4ª versión del libro "GNU/Fácil"

Se encuentra disponible la cuarta versión del libro 'GNU/Fácil', el cual es una guía completa para introducir a los usuarios nuevos al sistema GNU/Linux y en particular a la distribución más usada Ubuntu Linux.

Este libro esta editado por Antonio Perpiñan Díaz, que por sus aportes a la comunidad del Software Libre y por sus reconocidos libros (ya casi una docena), es muy reconocido en toda América Latina y este autor se siente orgulloso de la puesta en circulación digital de la cuarta versión de este libro que viene desarrollándose desde que UBUNTU estaba en la versión 5.10.

El libro "GNU/Fácil" es una guía completa que debe servir de mucha ayuda para los usuarios nuevos al entorno gráfico de GNOME. Este libro se encuentra escrito con la intensión de educar y bajo condiciones pedagógicas para estudiantes de Preparatoria y/o Universidad.

Sin importar si el usuario introduciéndose al sistema operativo GNU, el libro debe poder asistir para que la introducción sea conducida sin trastornos. El instructor que conduce la cátedra no tiene que ser un profesional informático, solo debe ser diestro con una computadora a nivel de usuario avanzado y el manual lo ayudará a completar el programa presentado en el. Este libro, desde sus inicios que solo se concentraba en el escritorio GNOME, y luego pasó a cubrir el sistema completo GNU, incluyendo la parte de mantenimiento Fundamental, Administrativa y de Redes, claro está a los niveles mas introductorio tomando en cuenta la audiencia a la cual el libro está dirigido. El libro de Antonio Perpiñan, persona dedicada a no solo a educar en asuntos informáticos, sino a la cultura general de los sistemas Unix y la cultura ética de los Hackers, el libro puede servir de introducción para los usuarios a los principios, teorías y practicas necesarias para empoderar a los potenciales nuevos usuarios y futuros administradores de sistemas.

La descargar de este nuevo libro se encuentra disponible desde los servidores FTPs de sourceforge.net. El libro presenta toda una introducción al sistema operativo GNU desde la instalación y nunca se separa del usuario, hasta llevarlo a niveles de usuario avanzado o un "Power User". El contenido del curso es utilizado para la Certificación Propuesta por la Fundación Código Libre Dominicano "GNU Certified Professional" o "Profesional Certificado de Sistemas GNU".

Este libro se encuentra bajo la licencia GNU FDL 2009 (GDFL 2009), la cual la usan todos los libros publicados por la Fundación Código Libre Dominicano (FCLD).

CARACTERISTICAS:

FORMATO: PDF
AUTOR: Antonio Perpiñan Díaz
IDIOMA: Español
TAMAÑO: 31 MB
ISBN: NO ISBN
PAGINAS: 181 Páginas
PAIS: Santo Domingo, República Dominicana
EDITORIAL: Fundación Código Libre Dominicano

La descarga de este libro se localiza desde este enlace.

http://www.codigolibre.org/images/stories/fcld/fcld-nuevo.png

FUENTE: El Rincón de Tux

El núcleo Linux valorado en más de mil millones de euros

Desarrollar el núcleo Linux en Europa y desde cero costaría algo más de 1000 millones de euros si se realizara por una sola organización. Esta es la estimación realizada por profesores de la Universidad de Oviedo, según la cual el valor incorporado anualmente a este producto fue de cerca de 100 millones de euros en 2005 a 2007 ascendiendo a algo más de 200 millones de euros en 2008. Este valor es equivalente a un 4% y 12% de las cifras reconocidas en las cuentas anuales del mismo año de Microsoft y Google, respectivamente, como gastos en I+D para el desarrollo de nuevos productos.


El cálculo aplica un modelo de costes COCOMO81-Intermedio en base a las estimaciones de parámetros ya realizadas en 2004 por David Wheeler para un estudio similar. Se ha empleado como coste medio anual de un desarrollador la cifra de 31.040 , calculada en base a los datos del sector facilitados por EUROSTAT para los países miembros en 2006 y ponderados en función de la población nacional. Con distintas variaciones, estimaciones con base en un modelo similar fueron realizadas ya con anterioridad por diversos autores para las distribuciones Red Hat, Debian y Fedora.



La importancia de la estimación no reside tanto en sí misma sino en la indicación del esfuerzo económico que existe tras un modelo de licencia libre con éxito probado en el mercado tecnológico. Este esfuerzo merecería un mayor reconocimiento institucional mediante un marco regulatorio que permitiera la generación de activos intangibles por la contribución a proyectos exitosos o un tratamiento fiscal de estas aportaciones similar a las desgravaciones existentes para el mecenazgo y patrocinio de actividades de interés público.

Fuente: http://softlibre.barrapunto.com

MI PRÓXIMO COLECTIVO


La idea es tan simple como brillante. Poner GPSs en los bondis y levantar esa info en internet.

De esta forma, sabés dónde está el cole que te tenés que tomar y cuando va a tardar en llegar a tu parada. Además aporta datos como la velocidad, la ruta y el tiempo estimado de llegada a la próxima parada.


Por ahora es una prueba piloto con solo unos 5 colectivos interurbanos, pero funciona a la perfección (lo testeamos y todo!)

Ahora estaría genial tener una web mobile friendly para poder acceder a la misma desde la propia parada con un celular.

Web | Mi Próximo Colectivo